Pararnos unos segundos ante
cualquier escaparate , continuar andando , y que , momentos después , me
preguntes cuánto costaba ésta o aquella cosa , contestarte que no lo sé , que
no me fijé , porque lo único que he sido capaz de ver en el cristal ha sido tu
imagen reflejada , y aquello… no tiene precio
No hay comentarios:
Publicar un comentario